Dia 2 - Devocional Resumen del Sermon
Bienvenidos al dia 2 de nuestro devocional semanal basado en el sermon del Domingo pasado
1 Peter 1:13-16 Por eso, con la mente preparada para actuar y siendo sobrios, pongan su esperanza completamente en la gracia que les es traída en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no se conformen a las pasiones que antes tenían estando en su ignorancia. Antes bien, así como aquel que los ha llamado es santo, también sean santos ustedes en todo aspecto de su manera de vivir porque escrito está: Sean santos porque yo soy santo
Como establecimos el pasado domingo aquí en IFEC, creemos que nuestro ADN espiritual se manifiesta cuando vivimos nuestras vidas para la gloria de Dios de tres maneras: amando al Padre, edificando la Familia y multiplicando la Familia. El pasado domingo analizamos la primera de estas formas.
Amar al Padre no solo se trata de expresar nuestra devoción, sino también de reflejar Su naturaleza. Una de las formas más claras en las que hacemos esto es a través de la santidad. La santidad no se trata de perfección, sino de ser transformados por la presencia de Dios para reflejar Su carácter a través de nuestra manera de vivir. La Biblia enseña que hemos sido llamados a ser santos porque nuestro Padre es santo. La santidad no es solo un estándar moral, sino que es parte de nuestra identidad como hijos de Dios.
Pedro nos dice que preparemos nuestra mente para la acción y que seamos sobrios. La santidad no es accidental; requiere intencionalidad. Amar al Padre significa fijar nuestra mente en Su verdad, guardar nuestros corazones del pecado y rechazar todo lo que nos aleja de Él.
Jesús dijo: "Si me amas, guardaras mis mandamientos.” Esto significa que la santidad fluye del amor. No buscamos la santidad para ganar el amor de Dios; la buscamos porque ya lo tenemos. Así como un hijo se parece a sus padres, nosotros debemos parecernos a nuestro Padre Celestial. Cuando buscamos la santidad, estamos abrazando nuestro ADN espiritual, mostrando que le pertenecemos.
Esto significa que ponemos nuestra esperanza completamente en Cristo mientras fijamos nuestros ojos en Jesús en lugar de en el mundo. Significa vivir en obediencia, apartándonos de nuestros antiguos caminos y caminando en la verdad de Dios. Y también significa ser diferentes del mundo al vivir de una manera que refleje el amor, la pureza y la justicia de Dios.
La santidad no es solo un mandamiento, es una invitación a acercarnos a Dios. Hoy, reflexiona sobre un área de tu vida en la que luchas por reflejar la santidad de Dios. ¿Qué áreas de tu vida necesitas rendirle a Él? ¿Cómo profundiza la búsqueda de la santidad tu amor por el Padre? Pide al Espíritu Santo que te capacite para vivir de una manera que honre a Dios, recordando que somos partícipes de Su naturaleza divina. Al amar al Padre, comprometámonos a vivir una vida que lo honre en todo lo que hagamos.