Dia 4 - Devocional Resumen del Sermon
Bienvenidos al día 4 de nuestro devocional semanal basado en el sermon del Domingo pasado
Efesios 2:19-22 Por lo tanto, ya no son extranjeros ni forasteros sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular. En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo hasta ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Nuestro ADN como iglesia es una realidad poderosa—una herencia transformadora que redefine quiénes somos. Antes, nuestra identidad estaba moldeada por marcadores terrenales y dividida por raza, nacionalidad y estatus social. Pero en Cristo, ese antiguo plano ha sido reescrito. Como creyentes, ya no somos extranjeros ni forasteros; ahora somos conciudadanos y miembros de la familia de Dios, unidos en Él como parte de Su familia. En un mundo que a menudo nos hace sentir aislados, Dios nos invitó a formar parte de Su familia.
Los versos 19-22 de Efesios capitulo 2 pintan una imagen vívida: Aqui vemos a los creyentes siendo edificados sobre el sólido fundamento de la Palabra, con Cristo como su piedra angular, siendo unidos para formar un templo santo. Por esta razón, este nuevo ADN trasciende todas las fronteras humanas. Proclama que nuestra ciudadanía no está determinada por los gobiernos terrenales ni los líderes, sino por nuestra pertenencia a un reino celestial. En esta familia divina, cada miembro cuenta—cada uno de nosotros es una parte esencial de la estructura que crece hasta convertirse en la morada de Dios.
Esta verdad nos llama a mirar más allá de los sistemas temporales de nuestro mundo y anclar nuestra esperanza en nuestro Rey eterno. Nuestra unidad e identidad en Cristo significa que nuestras diferencias deben desvanecerse ante la luz de Su amor. Somos un solo pueblo, llamados a apoyarnos, animarnos y edificarnos unos a otros como parte del gran diseño de Dios para Su gloria.
¿Cómo impacta el abrazar tu identidad como miembro de la familia de Dios la manera en que interactúas con los demás en tu comunidad? ¿De qué manera puedes cambiar tu enfoque de los sistemas terrenales hacia la verdad eterna de tu ciudadanía en el reino de Dios? Reflexiona acerca de cómo puedes amar y apoyar mejor a tus hermanos y hermanas espirituales.
Vivamos nuestra nueva identidad con valentía, sabiendo que no solo somos el cuerpo o la novia de Cristo—también somos Su preciada familia, edificados juntos como morada santa para Dios.