Dia 4 - Devocional Resumen del Sermon

Feb 13, 2025    Pastor Javier Vega

Bienvenidos al día 4 de nuestro devocional basado en el sermon del Domingo pasado:


Romanos 8:31, 33-35, 37 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.


Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.


En el devocional de hoy, nos enfocamos en dos piezas cruciales de nuestra armadura espiritual: el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu. El yelmo de la salvación protege nuestras mentes con la certeza de nuestra salvación. Nuestra salvación ya ha sido completada. Ahora estamos justificados ante Dios. Estamos en Cristo, y esto significa que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni los problemas, ni las dificultades, ni siquiera la muerte misma.


La espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, es nuestra arma ofensiva contra las mentiras del enemigo. Como acabamos de leer en Hebreos 4, es una espada de doble filo. Esto significa que, en nuestra batalla contra los caminos de este mundo y de nuestro enemigo, permanecemos firmes en la verdad de Dios, porque es la verdad la que nos hace libres y nos santifica.


Sin embargo, la espada no solo nos ayuda contra los ataques del enemigo, sino que también nos ayuda a vencer los deseos de nuestra carne. Es a través de la espada penetrante de la Palabra de Dios que se revelan los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón.


Entonces, ¿con qué frecuencia te sientes tentado a confiar en lo que haces en lugar de confiar en lo que Cristo ha hecho por ti? ¿Estás confiando en Cristo respecto a tu posición delante de Dios? ¿Está tu vida impregnada de la verdad? ¿Estás permitiendo que las Escrituras te confronten para revelar las verdaderas intenciones de tu corazón?


Rétate a ti mismo a memorizar las Escrituras para así estar preparado durante la batalla espiritual. Reflexiona sobre cómo la Palabra de Dios te ha guiado y fortalecido en el pasado. Y pídele al Espíritu Santo que profundice tu amor por las Escrituras y te ayude a aplicarlas de manera efectiva en tu vida.