Dia 3 - Devocional Resumen del Sermon

Feb 12, 2025    Pastor Javier Vega

Bienvenidos al día 3 de nuestro devocional basado en el sermon del Domingo pasado:


Efesios 6:10-18 Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alertas y perseveren en oración por todos los creyentes.


La vida es un campo de batalla, y como creyentes, estamos involucrados en una guerra espiritual. Aquí, en Efesios 6, versículos 10 al 18, Pablo nos recuerda que nuestra fuerza no proviene de nosotros mismos, sino de Dios. Nos muestra cómo, en esta batalla, Dios no nos ha dejado indefensos. Él nos ha provisto de una armadura espiritual para mantenernos firmes contra las artimañas del enemigo.


Sin embargo, al llegar al versículo 18, vemos que Pablo no se detiene con la armadura; también enfatiza la importancia de la oración. La armadura del creyente debe estar sumergida en oración. Debemos mantenernos conectados con Dios a través de la oración, buscando Su fuerza diariamente. Por lo tanto, mientras lees sobre cada pieza de la armadura, considera cómo puedes "ponértela" en tu vida diaria.


Hoy, toma un momento para reflexionar: ¿Estás hablando y viviendo consistentemente en la verdad? ¿Estás confiando en la justicia de Cristo en lugar de la tuya? ¿Es tu escudo de fe lo suficientemente fuerte como para apagar las dudas y las tentaciones? Tómate tiempo para orar, pidiendo a Dios que te fortalezca en las áreas donde puedas sentirte vulnerable. Recuerda, nuestra victoria final está asegurada en Cristo.